Tópicos
La pereza es origen de los peores males que acechan a nuestra especie. Lo que ocurre es que nos la tomamos a broma. El hecho de que sea considerada por los católicos como un pecado capital - y, ya se sabe, que todo lo que suene a doctrina religiosa es rápidamente denostado por la naturaleza humana que tiende a adorarse a si misma- rebaja mucho la categoría de infracción esencial. Además la molicie es vista con simpatía. Claro ¿qué va a hacer un sujeto o sujeta si está cansado? Evidentemente descansar y cuanto mas, mejor. La cara beatífica que se nos pone cuando andamos bien reposados es la demostración palpable de que entregarse a la flojera nos hace mejores. Lo que ocurre es que si la holgazanería se prolonga en exceso aparece el sobrepeso y todos los males asociados a él como el colesterol, los triglicéridos y la incapacidad para luchar contra ellos. Todo ello por pura vagancia aunque nos vaya la salud en ello. Así que, llegado el caso, echamos mano de la cirugía para que vuelva a moldear nuestras carnes y de las pastillas para franquear el paso de la sangre por nuestras arterias. También tenemos recursos cuando la haraganería se instala en nuestra capacidad –o incapacidad- de pensar porque, entonces, echamos mano de los tópicos.
Reconozco que he caído –y caeré- en ellos por eso, cada vez que ocurre algo que ‘me rompe los esquemas’, lo considero un hecho de pura higiene mental. Así es un ‘tópico’ creer que la violencia doméstica –a mi entender mal llamada de ‘género’- era patrimonio de las clases más desfavorecidas social, cultural y económicamente. Es decir que esa lacra no llegaba al cinco por ciento de la población que una estadística casera indica es el porcentaje de los privilegiados. Pues bien uno de esos episodios ocurrido a principios de este mes rompió ese tópico y unos cuantos más.
La noticia es que el juez decano de Barcelona y su esposa –notaria de profesión- se enzarzaron en una pelea doméstica, denunciándose el uno al otro en el juzgado, denuncias por las que el fiscal de violencia doméstica solicita nueve meses de prisión para él y siete para ella amén de la consecuente orden de alejamiento de ambos, imagino para que no sigan con su particular manera de entender el “quid pro quo” . Pero no acabaron ahí de derribarse mis tópicos, no. Siempre había pensado que el matrimonio o la decisión de vida en común, era una decisión meditada, propia de gente madura que toma ese vínculo como un compromiso duradero. Tampoco era así en la pareja. Ambos se habían casado en noviembre del año pasado. Todo un récord de convivencia. Para mas escarnio el ‘juez de jueces’ había llegado al decanato en marzo de 2008 tras un duro enfrentamiento electoral con su oponente a la que ganó por un solo voto, esgrimiendo los contendientes como bandera electoral, precisamente, la ley sobre violencia doméstica que ahora se aplica a la pareja. No os hablo del motivo de la disputa porque pelearse por infidelidades si que es un tópico.